Ojala que no, pero mañana vuelvo
a transitar por el camino del miedo
Ojala que no, pero mañana regreso
a viajar donde no debo
Ojala que no, pero mañana me quemare
con la desesperanza que coseche
Ojala que no, pero mañana voy a gritar
sin fuerzas para que nadie me pueda escuchar
Ojala que no, pero mañana lloverá
sobre mi soledad
Ojala que no, pero mañana empezare
a escribir estas frases donde hoy las deje.
Un día mas que me muevo y llego a la esquina donde despierto.
Donde el cansancio, la resignación y la frustación se mezclan para poder avanzar durante el cotidiano día que acaba de empezar, que no emociona ni motiva, que envejece y entristece.
Viajo al lado de la ventana para ver lo que dejo atrás, para aprisionar el sol y llevarlo conmigo, a la fria esquina donde el día termina.
Viajo al lado de la ventana para ver la cara de la gente que disfruta su encierro, que dócilmente se dirigen a la esquina donde yo muero.
Gracias acomodados por darme razones para odiarlos,
gracias acomodados por hacerme creer que se puede vivir con varias caras,
gracias por dejarme desenmascarar esas caras,
gracias por recordarme lo que es vivir en su triste realidad,
realidad a la cual no me quiero acercar,
realidad de la cual no les quiero salvar.
